Tom Thomson halló inspiración en su relación personal con la naturaleza. Al ilustrar una parte del proceso de explotación forestal conocido como “la flota”, en el cual la madera cortada se envía río abajo, el cuadro revela el prolongado interés de Thomson por plasmar el impacto de la industria sobre la tierra. Aquí, el artista emplea un lenguaje visual indiscutiblemente moderno –pinceladas toscas, sombras marcadas y figurativismo expresivo— para reflejar inquietudes ecológicas claramente modernas.