
Las cataratas del Niágara son una frontera natural entre los Estados Unidos de América y Canadá que desde hace mucho tiempo ha sido fuente de asombro e inspiración para los artistas. William Morris Hunt llegó al Niágara en 1878 y vivió ahí por espacio de un mes, durante el cual hizo numerosos bocetos de las cataratas. De vuelta en su estudio en Boston, Hunt plasmó dos vitas de este monumento natural: una impresionante vista panorámica desde la base del lado estadounidense; y esta, un acercamiento del agua que cae en cascada por las cataratas Horseshoe, vista desde el lado canadiense. Al colocar al espectador en el medio de las aguas torrentosas, Las cataratas del Niágara transmite un sentido de intimidad e inmediatez al tiempo que captura la belleza sobrecogedora y la sublime potencia de esta maravilla natural.