
El tema de esta pintura de José Maria de Medeiros proviene de un poema brasileño de José Martiniano de Alencar. Ambientado en el siglo XVI, narra una historia de amor ficticia entre Iracema, una indígena tabajara, y Martim Soares Moreno, un colonizador portugués. La pintura de Medeiros se considera la primera imagen de Iracema y se exhibió en Río de Janeiro en 1884. Si bien al principio fue acogida con desagrado, la vívida representación del paisaje motivó a la Academia Imperial de Bellas Artes a adquirirla. Se pueden apreciar poses similares en otras obras que, al igual que el cuadro de Medeiros, buscaron plasmar versiones idealizadas de los indígenas sudamericanos.