En 1885, el magnate barcelonés del azúcar, José Gallart Forgas, contrató al artista puertorriqueño Francisco Oller para que pintara lo que denominó “retratos” de sus molinos de azúcar en Puerto Rico. Oller terminó dos, incluyendo Hacienda La Fortuna. Aquí, se aprecia la finca en una mañana brumosa a principios de enero y Oller enfatizó el entorno caribeño al darle peso y espacio al brillante firmamento. La brumazón que emana de la chimenea es prueba de que el molino está en funcionamiento, pero las figuras que pueblan la pintura y mantienen el molino andando son diminutas, casi ausentes.