El artista argentino Prilidiano Pueyrredón era ampliamente respetado por sus retratos, pero sus escenas del género rural eran también un aspecto importante de su producción artística. En El rodeo pintó una serie de tareas rurales —hombres ensillando un caballo, pastores arreando ganado, jinetes vigilando y participando en el rodeo— en una composición notablemente horizontal. Su baja línea del horizonte aterriza la obra y enfatiza la llanura de las pampas, al tiempo que las tierras vastas y fértiles de la Argentina le dan peso visual al cielo abierto. Si bien parecen estar desiertas, las pampas eran espacios productivos, tanto para la cría de ganado como para inspirar a los artistas y escritores de la región.