El artista estadounidense Thomas Moran partió con la Expedición Hayden de 1871 con la finalidad de documentar Yellowstone, pero primeramente se sintió embelesado por la vista de los acantilados que se yerguen por sobre la ciudad de Green River, Wyoming. Al poner de manifiesto la peculiar habilidad del artista para combinar los principios de la ilustración científica y topográfica con un estilo pictórico y una paleta de colores única, Acantilados de Green River captura los colores cambiables de los imponentes riscos que se elevan desde el suelo, al tiempo que la reflexión vertiginosa de los acantilados en el agua, en el punto en donde tocan el cielo abierto, pone de cabeza el orden esperado de la pintura. Las representaciones del paisaje escarpado y desconocido de Wyoming captaron la imaginación de los Estados Unidos, que cada vez más relacionaban su identidad nacional con la rugosidad sin límites de sus territorios occidentales.