Nacido y criado en Francia, Félix-Émile Taunay llegó a Brasil con su padre, quien fundó las primeras escuelas de arte del país. Taunay se convirtió en uno de los artistas más queridos de Brasil y estableció una nueva tradición de pintura paisajista en el país. Como director de la Academia Imperial de Bellas Artes, también fue tutor del futuro emperador de Brasil, Don Pedro II. Taunay desempeñó un papel prominente en el movimiento brasileño que creó imágenes e íconos nacionales, y en Baía de Guanabara Vista da Ilha das Cobras entremezcló símbolos e imágenes para crear una obra que refleja el proceso de construcción de la nación en el que estuvo involucrado. Retrató la creciente y próspera ciudad de Río de Janeiro vista desde Ilha das Cobras, un fuerte isleño empleado por el ejército. Por su parte, la fruta y los árboles son una referencia a las principales industrias brasileñas, incluyendo la agricultura y la explotación forestal. Juntos, estos elementos dispares —la próspera ciudad, el puesto militar de avanzada y las fuentes de industria— definen la identidad brasileña como la nueva nación en el siglo XIX.